Viendo en estas fechas el centro de nuestras ciudades cualquiera diría que Europa vive momentos oscuros, pero, como sucede con cierta frecuencia, las cosas no son lo que parecen. Así, mientras los europeos se quedan embelesados mirando las decoraciones luminosas y el turismo masivo ha descubierto ahora que existen los mercadillos de Navidad, en otros lugares se diseña y planifica un futuro cuando menos sombrío para el viejo continente.
Y es que la Estrategia de Seguridad Nacional presentada por Estados Unidos el pasado viernes no es para cantar Noche de Paz precisamente. EL PAÍS en su editorial La doctrina Trump contra Europa advierte que “la Casa Blanca pone por escrito una siniestra visión del mundo que desprecia el atlantismo y proyecta una América Latina sometida”. Justo es reconocer que en esto Donald Trump no está solo. Las amenazas de guerra abierta del ruso Vladímir Putin contra Europa son recogidas en otro editorial titulado Putin, una amenaza real que constata que “el intento del presidente ruso de intimidar a Europa supone una escalada en la hostilidad que ya sufren algunos países de la UE”.
No resulta extraño que Marta Periano resuma el panorama en La gran campaña coordinada contra la UE donde explica que “Rusia ha planteado una línea narrativa clara: Europa es una reliquia débil, lacerada por divisiones internas y al borde de un colapso inminente provocado por las crisis económicas, energéticas y migratorias”. A su vez, Andrea Rizzi llama a la acción en Por una revolución antitrumpista, donde opina que “Trump tiene razón en que la civilización europea está en peligro, pero se equivoca en la amenaza: son Putin y él”.
La guerra de Ucrania sigue siendo la gran piedra de toque para Europa quien ahora se encuentra con qué no tiene las espaldas guardadas. Un conflcto que según explica Ian Bremmer en Por qué la paz en Ucrania sigue estando muy lejos "Trump desea acabar ahora mismo y a cualquier precio, pero ni Putin quiere ni Zelenski puede". Soledad Gallego-Díaz por su parte apunta a llamativas ausencias en momentos en los que se espera liderazgo. Lo hace en Demasiado silencio europeo: ¿dónde está Ursula von der Leyen? donde indica que "la actividad diplomática dentro de la UE a favor de Ucrania es enorme, pero la presidenta de la Comisión Europea no está ejerciendo el papel protagonista que cabría esperar".
Y mientras en el Este los cañones hablan, en el Oeste, afortunadamente, el enfretamiento es más virtual. De nuevo un editorial de EL PAÍS La UE defiende la ley ante X se hace eco de esta tensión en este caso señalando que "la multa europea a la plataforma de Elon Musk antepone la protección de los derechos de la ciudadanía a las presiones de Estados Unidos". Thiago Ferrer va más por la directa en Vayámonos de X. "Si queremos seguir defendiendo el proyecto europeo, que sea en el terreno donde pongamos nosotros las normas". asegura.
Son días (o deberían ser) de buenos deseos y generosidad, pero esta última es una cualidad que escasea y tal vez eso explica muchas cosas. Lluis Bassets en Los plutócratas han tomado el poder, lo apunta: "La codicia ha sustituido al sentido de Estado que debía orientar a los antiguos gobernantes y diplomáticos", escribe.
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