Lección de historia real:
1238: Las Conquistas de Jaime I
Si se aportan premisas falsas, el resultado no puede ser la verdad. Por ello cuando se pretende escribir historia hay que ceñirse sin equívoco alguno a aportar hechos ciertos.
Por ello hay que Distinguir entre Historiadores ; juntaletras y plumillas subvencionados.
Cuando se narra la historia de la conquista de las Islas Baleares y de Valencia es necesario citar a los pueblos de la Corona de Aragón que capitanearon y fueron el alma de la citada reconquista.
Pero al hablar de Aragón y Cataluña, la gente mentalmente piensa que entonces eran lo que son hoy ambas regiones, es decir, Aragón las tres provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel, y Cataluña las cuatro que hoy la conforman. Si ponemos esa premisa, nos saldrá una historia falsa, porque en el año 1238 Aragón no era lo que hoy es, sino más, y Cataluña no era lo que hoy conocemos, sino mucho menos.
El dominio exacto de ambas era el siguiente:
El Reino de Aragón estaba integrado por los territorios que hoy lo forman más todo lo que es la provincia de Lérida e incluida una franja grande del río Ebro hasta el mar, que tenía a Tortosa como ciudad costera. Por lo tanto, podríamos decir que las ciudades importantes del Reino de Aragón eran Jaca (la primera capital que tuvo cuando aún era Condado), Huesca, Lérida, Zaragoza, Tortosa y Teruel.
Cataluña era un pequeño territorio que aún hoy los historiadores conocen con el nombre de «Cataluña Vella», formado por unos condados independientes unos de otros, aunque reunidos bajo la tutela del conde de Barcelona.
Esta división territorial venía desde el mismo momento en que fueron reconquistadas Tortosa y Lérida a los moros. Ese suceso ocurrió en los años 1148 y 1149 y sus territorios no fueron incorporados a lo que aún no se llamaba Cataluña, sino que fueron integrados en el Reino de Aragón como parte del mismo, igual que ya lo eran las tierras de Huesca, Zaragoza y Teruel.
La razón remota fue que, estando los Condados de la Cataluña Vella sometidos al vasallaje del rey de Francia desde antes del año 801, no querían que el monarca francés creyera que Lérida y Tortosa también le pertenecían para integrarlos en su «Marca Hispánica» por derecho de conquista y, para alejarlos de las ambiciones del francés, fueron separados de Barcelona, creados Marquesados y, unidos al Reino de Aragón, como conquista aragonesa que eran.
Así, Ramón Berenguer se titulaba príncipe de Aragón, marqués de Lérida, marqués de Tortosa y conde de Barcelona. Y siendo esos títulos de marqués de mayor categoría que el de conde, quedaba ya imposibilitado que estuvieran sometidas al condado de Barcelona; porque esto en la Edad Media era tan riguroso como hoy es en el ejército, donde un capitán no puede estar sometido a las órdenes de un simple cabo.
En aquel tiempo la ocupación islámica sobrepasó los Pirineos y entró en tierra franca donde Carlos Gardel los detuvo, generando posteriormente unos condados tapón frente al islam que fueron denominados marca hispánica, y que Jaime I rey de Aragón anexionaría en el tratado de Corbeil de 1258, por lo que esos 500 años dejaron un rastro de historia y cultura lo que implica también lengua, el Lemosin, Y que los separatistas catalanes denominaron catalán estándar a principios del siglo XX gracias entre otros a Pompeyo Fabra. De esos tiempos comienza la mentira pan catalanista de suplantar a la corona de Aragón por lo que ellos llaman los países catalanes que jamás existieron.
Parte de los territorios que hoy se llaman Cataluña, fueron integrados en el Reino de Aragón, sin discusión, años después de que las Islas Baleares y Valencia fueron conquistadas, por lo que las gentes que vinieron de Lérida y de Tortosa a conquistar estos reinos y quedarse luego repoblándolos, ni eran catalanes ni podían serlo jamás, sino aragoneses, por pertenecer al Reino de Aragón. Tan aragoneses como los que vinieron de Jaca, de Huesca, de Daroca o de la misma Zaragoza.
Al final del siglo XIII (cuando el rey Luis de Francia renunció a sus derechos sobre la marca hispanica), por una división meramente administrativa es cuando el rey de Aragón dispuso que Lérida también podía acudir a las Cortes de Cataluña pero sin dejar de formar parte de las Cortes de Aragón. Esa independencia que tenía Lérida se debe a que en ella estaba la única Universidad de la Corona de Aragón y, siendo ciudad universitaria, convenía que estuviera en las Cortes de Zaragoza y de Barcelona.
Es tan claro esto que hay que narrar, que los leridanos, ya en el siglo XIV, protestaron de que se les confundiera como catalanes, puesto que ellos no lo eran. Y está la famosa contestación de Pedro IV, «el del Punyalet», cuya carta hoy existente está fechada en 22 de mayo de 1337, y en la que el rey se dirije al municipio de Lérida y que declara que aunque Lérida estuviera en Cortes de Cataluña, les aseguraba que no pertenecía al condado de Barcelona. Prueba rotunda de que los leridanos no querían que se les tuviera por catalanes ni estar sometidos a Barcelona.
Así pues este hecho cierto de que en 1238, cuando Valencia fue conquistada, e incluso cien años más tarde, Lérida y Tortosa eran tan de Aragón como Zaragoza y no de Cataluña, no debe ser nunca olvidado por los que escriben o hablan de la historia, porque al hacerse el cómputo de repobladores, el número abundante de leridanos y tortosinos que vino a poblar estos reinos hay que computarlo como aragoneses siempre, y nunca como catalanes. Y si así lo hacemos, que es en definitiva computar datos ciertos y verídicos, veremos que el porcentaje de los que vinieron de la «Marca Hispánica» o condados catalanes es muchísimo más reducido de lo que nos quieren hacer creer en la actualidad.
Los plumillas subvencionados por los nacionalistas, nos cuentan hasta la saciedad que los catalanes repoblaron los reinos moros de Mallorca y Valencia tras la conquista de Jaime I, y con la repoblación trajeron la lengua catalana.
Una vez más estamos ante otro error de bulto. Lo que decía el catedrático Boceto: «Los historiadores paniaguados hacen histeria en vez de historia». Demasiados enseñan la historia que quisieran que fuera, no la que realmente fue.
Y así tenemos que los datos ciertos del hecho de la conquista del reino de Mallorca son que el ejército estaba compuesto por:
Don Jaime con nobles de Aragón y caballeros de Montpelier sumaban 200; Gastón de Moncada (Vizconde de Beam-Francia) familiar de Jaime I aportó 400 caballeros; Nuño Sanz (Conde de Rosellón y Cerdaña-Francia) familiar de Jaime I, aportó 150; Caballeros de Provenza, Marsella, Narbona, Castilla, Navarra, Carcassona, Bezier, Foix, Toulouse, sumaban 500; Ponce Hugo (Conde de Ampurias) 60 caballeros, el Obispo de Barcelona Berenguer de Palou aportó 100; el Obispo de Gerona Guillén de Montgrí, 30;el Abate de Sant Feliu de Guíxols, 5; y el Preboste de Tarragona, 4. Siendo el grueso del ejército 28.251 en proporción aproximada a los caballeros.
Con los susodichos datos a la vista podemos apreciar que tan sólo un 13,5 por ciento son de procedencia catalana.
Luego no es posible que la Conquista fuese una conquista «catalana», tal y como se hace estudiar en colegios y universidades.
A ese dato podemos añadir que sólo para repoblar la ciudad de Palma, no hubiesen sido suficientes todos los habitantes de Barcelona, pues en esa época Palma tenía una extensión (110 Has) casi tres veces superior a la de Barcelona (42 Has). Y no fue hasta el siglo XVIII en que Barcelona se asemejó a Palma en extensión y población. Palma además era una de las nueve ciudades más ricas y populosas de Europa. Ésta fue la causa principal de su conquista. Tal es así que los sirvientes del rey D. Jaime I tardaron ocho días en presentárselo después de entrar en Palma, por lo muy ocupados que estaban en poner a buen recaudo su rapiña.
Otro dato que tampoco se enseña es que, a los pocos meses de la conquista de Mallorca, se queja Jaime I de haberse quedado con tan poca gente que no le eran suficientes ni para guardia personal.
Otro dato más también muy importante y que tampoco se enseña en los libros de historia es que la cultura balear es de origen hebreo-árabe y la cultura catalana, así como la de gran parte de España era cristiano-germánica.
Cultura balear que se ha preservado hasta el presente, a pesar de la posterior cristianización de la población.
Luego, ¿de qué repoblación se está hablando? ¿De una repoblación imaginaria ?
Y si de Valencia hablamos, los señores catalanes le hicieron saber a D. Jaime I que no le ayudarían a conquistar Valencia porque les había bastado con ir a Mallorca .En vista de ello, Jaime I emprendió la conquista de ese reino con gentes de Aragón y mercenarios de todas castas y religiones. Es bueno estudiar a Ubieto, Menéndez Pidal y Álvaro Santamaría.
Claro y todo ello sin contar que en 1229 y 1238, fechas de las conquistas de los reinos de Mallorca y Valencia respectivamente, Cataluña aún no existía políticamente.Fue en el año 1258 en el que Jaime I rey de Aragón, Mallorca y Valencia, Conde de Barcelona y Señor de Montpellier, marcó las fronteras de la comarca del reino de Aragón denominada Cataluña,despues de la firma del Tratado de Corbeil, firmado entre el rey Jaime I y el rey de Francia Luis IX el Santo.
Ante este hecho documentado históricamente, hemos de preguntar una y otra vez:
¿Cómo puede ser que una nación inexistente pudiera conquistar los reinos de Mallorca y Valencia, darles su lengua, sus costumbres y además repoblarles?
Respuesta: ¡otra invención intencionada del insaciable nacionalismo! Los nacionalismos necesitan de la invención de un pasado para reafirmarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario